sábado, 19 de agosto de 2006

Pueblo turco


El pueblo turco procede originalmente de las estepas centroasiáticas y más concretamente de las montañas Altai, entre el este de Kazajistán y el oeste-centro de Mongolia.

Los primeros datos referentes a los turcos los encontramos en las fuentes chinas del siglo II a.C. En ellas se cita a unos bárbaros del norte que se encontrarían en la actual Mongolia. Se supone que dichos bárbaros serían un conglomerado de grupos altaicos, entre ellos los turcos.

Según los textos los xiongnu, como los denomina, eran un pueblo nómada compuesto por pastores y guerreros. Tras la caida de la dinastía Qin llevaron a cabo incursiones en China y entre los años 209-174 a.C. unificaron por primera vez la región mongola.

Los turcos primigenios poseían una religión chamánica que aún conservan algunos grupos túrcicos de Siberia. Tenían como símbolos más destacados la luna creciente y la estrella, los lobos, el color azul, el hierro y el fuego. La media luna y la estrella son por tanto un símbolo pre-islámico que con posterioridad fue insignia otomana, turca y por extensión de toda la comunidad musulmana.

Tenían una escritura rúnica similar a los alfabetos Orkhon y Uyghur. Los textos más antiguos que se conservan corresponden a unas estelas del siglo VIII d.C. ubicadas en el valle Orkhon (norte de Mongolia).

Debido al carácter nómada y gracias a la utilización del caballo (de vital importancia para los grupos altaicos), se produjeron diversas migraciones hacia occidente en distintas épocas.

La mayor difusión de pueblos túrcicos por Asia se produjo en los siglos V y VI d.C. llegando a ocupar por completo un área comprendida entre el mar Caspio y el desierto del Gobi. Dicho territorio se denomina Turquestán y englobaría los actuales paises de Kirguizstán, Tayikistán, Uzbekistán, sur de Kazajistán, norte de Irán, norte de Afganistán y la provincia china de Xinjiang.


Desde finales del siglo IV d.C., y principalmente en el s.V, un pueblo de etnia turca, los hunos, emigraron hacia el oeste, alcanzando e invandiendo a los romanos. Procedían de las orillas del mar Caspio y emigraron tras varias sequías. Durante dicha emigración los hunos fueron mezclándose con gentes autóctonas y sus fuertes rasgos asiáticos se suavizaron. Incluso una rama de estos, los heftalitas, eran llamados “hunos blancos”.

A finales del siglo VIII d.C. otro pueblo túrcico, los búlgaros, compuestos por hunos y altaicos emigraron también hacia Europa y se instalaron en Tracia. Allí se mezclaron con población local: eslavos y tracios.

Otro grupo importante fueron los turcos oghuz. Este clan pertenecía a la tribu Kinik que entorno al siglo IX d.C. se encontraba asentada en la orilla norte del mar de Aral (Kazajistán). En el siglo X los oghuz se convirtieron al Islam y bajo el mandato de Selyuk emigraron al sur hasta llegar a Persia. Se inició así la dinastía selyúcida cuya mayor extensión abarcaría desde Irán hasta el sur de Kazajistán y más o menos desde las fronteras china y pakistaní hasta el mediterraneo, con parte de las penínsulas anatolia y arábiga.

Este reino se desintegró a principios del siglo XIV debido a los ataques mongoles que sufrían. Tras esto se fraguó un nuevo reino que se convertiría en el Imperio Otomano, en la actual Turquía. El término “otomano” deriva de su primer gobernante: Utmán I Gazi. La nueva situación geográfica, la conversión religiosa así como las influencias culturales y lingüísticas modificaron sensiblemente su herencia altaica configurando la actual Turquía.

Actualmente podemos encontrar poblaciones, lenguas y culturas de origen turco desde el extremo norte de Siberia hasta Irán y desde Mongolia hasta Turquía y el Cáucaso. El área de influencia cultural se extiende aún más, llegando a Europa, norte de África y gran parte de Asia.

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