Beti Jai de Madrid

Beti jai, que en euskera significa "siempre fiesta/día festivo", es el nombre del único frontón de pelota vasca que se conserva en Madrid. Se encuentra en la calle Marqués de Riscal, número 7, cerca de la Castellana. Cuando el Beti jai fue construido este deporte constituía, junto a los toros y la ópera, uno de los principales espectáculos de la capital. Llegaron a existir hasta 22 frontones en la ciudad, cuatro de los cuales tenían función diaria.

Su construcción data de 1893 y tuvo por arquitecto a Joaquín Rucoba (1844-1919), autor también del Teatro Arriaga y el Ayuntamiento de Bilbao, así como de la Plaza de toros de Málaga, entre otros. Su inaguración fue el 29 de mayo de 1894. En fechas próximas se inaguró un frontón de igual nombre en San Sebastián, otro en Barcelona y más tarde, en 1912, en Logroño. Todos ellos desaparecidos.



El frontón Beti jai de Madrid destaca por ser un compendio de los estilos arquitectónicos del siglo XIX, teniendo como principal el neomudejar. Dentro de la suntuosidad y lujo característicos de su época, cabe citar como elementos destacados su fachada neomudejar con arcos de herradura y un ventanal circular, su graderío y sus bóvedas, cuatro pisos de balconadas, forjados y barandillas decoradas, nervaduras roblonadas, paredes con ladrillo rojo, una cubierta sostenida por vigas de madera... Baste decir que el Beti jai de Madrid es considerado como la Capilla Sixtina de los frontones de pelota vasca y es único en el mundo.

Su superficie total ronda los 14.000 m2, un tamaño considerable que incluso permitió, en un momento dado, llevar a cabo competiciones hípicas.

Fue clausurado en 1919 y desde entonces ha permanecido en la sombra del olvido y el total descuido. En 1977 y 1991 fue declarado Bien de Interés Cultural, brindándole así una cierta protección. No obstante su estado es de ruina, su patio está lleno de matorrales y piezas de desguace...


Actualmente el 100% del inmueble pertenece a una sociedad privada, Aguirene, fusión de las dos anteriores. Han propuesto un anteproyecto, diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, para la construcción de un hotel de lujo con instalaciones deportivas. Para ello sería necesario descatalogar, despojar, al Beti jai de su calidad de Bien de Interes Cultural para así poderlo modificar y destruir en parte o en su totalidad. Por suerte la Comisión de Patrimonio Histórico Artístico y Natural de Madrid ha denegado dicha petición.


Arquitectos, historiadores, aficionados a la pelota vasca y vecinos se han juntado para pedir la restauración y conservación del Beti jai. También están involucrados el antiguo pelotari Enrique Larumbe (medalla de oro en 1970) y el historiador del Deporte y licenciado en Educación Física Eduardo Gras.

El PSOE propuso el pasado enero que el Ayuntamiento de Madrid se hiciera cargo del frontón, mediante acuerdo o, si fuera necesario, a través de expropiación, para así llevar a cabo la restauración. No obstante Ayuntamiento denegó dicha propuesta y el futuro del Beti jai es ahora más incierto que nunca.